Las grasas láuricas son aquellas que presentan un elevado porcentaje de ácido láurico (C12:0) en su composición. El ácido láurico es un ácido graso saturado de cadena media con 12 átomos de carbono en su composición.
Dentro de la denominación de grasa láurica se incluyen grasas procedentes de distintas fuentes, siendo las más importantes:
- Grasa de la almendra de palma o coco de palma: presenta una composición muy diferente a la que se obtiene del fruto completo de la palma, su composición y características es semejante a la grasa de coco.
- Aceite / grasa de coco: a pesar de ser una grasa muy elevada en ácidos grasos saturados, son numerosas las cualidades positivas que se le han atribuido a esta grasa gracias a su alto contenido en ácidos grasos de cadena media*.
- Grasa de babassú, de tucum y del ouri-curi, aunque son menos consumidas y comercializadas en España.
* Ácidos grasos de cadena media: estos ácidos grasos son digeridos, absorbidos y metabolizados de forma distinta a los ácidos grasos saturados de cadena larga. Al ser más hidrosolubles no se incorporan a los quilomicrones y se considera que no participan en la lipogénesis. Son capaces de incrementar el efecto termogénico de los alimentos e incrementan la formación de cuerpos cetónicos.
¿Para qué sirve?
A pesar de ser una grasa saturada, son muchos los efectos positivos que se le han atribuido a la grasa láurica:
Aporte energético y sustitución de grasas trans.
La grasa láurica sirve como fuente de energía.
Los procesos de la industria alimentaria suelen requerir grasas sólidas, menos abundantes en la naturaleza que los aceites líquidos. Por esta razón, la grasa láurica que es sólida a temperatura ambiente sirve de alternativa al empleo de grasas hidrogenadas (ácidos grasos trans). Los ácidos grasos trans aumentan la concentración plasmática de lipoproteínas de baja densidad (LDL o colesterol malo) además de disminuir las lipoproteínas de alta densidad (HDL o colesterol bueno), generando un mayor riesgo de sufrir enfermedades como las de tipo cardiovascular o diabetes de tipo II.
Sistema nervioso y cerebro.
Los ácidos grasos de cadena media producen gran cantidad de acetil-CoA que se utiliza para la formación de cuerpos cetónicos, fuente de energía alternativa a la glucosa para el cerebro. El consumo de aceite de coco y grasas láuricas, son una fuente de energía para el cerebro ayudando al metabolismo cerebral y mejorar el funcionamiento cognitivo.
Investigaciones recientes han demostrado que pacientes con problemas neurológicos experimentaron mejoras significativas después de 4-6 semanas de introducir aceite de coco en su alimentación.
El consumo de grasa láurica también puede resultar interesante en patologías en las que las células cerebrales han sufrido daños asociados con la resistencia a la insulina, no pudiendo utilizar la glucosa como sustrato energético. En estos casos los cuerpos cetónicos procedentes del aceite de coco son la fuente principal de energía del cerebro.
Sistema cardiovascular.
Parece que lo ácidos grasos de cadena media estimulan menos la producción de colesterol que los ácidos grasos de cadena larga. Algunos estudios han demostrado que los AGCM ejercen poco efecto sobre las LDL (colesterol malo), aunque disminuyen la concentración de triglicéridos e incrementan los niveles de HDL (colesterol bueno). De esta manera el resultado del consumo de triglicéridos y ácidos grasos de cadena media serían parecidos a los de dietas bajas en grasas y ricas en hidratos de carbono.
Como los ácidos grasos de cadena media no se incorporan de forma directa a los quilomicrones, son adecuados para personas que sufren hiperquilomicremia (por deficiencias en lipoproteinlipasa o apolipoproteína). Aun así, los efectos de los AGCM sobre los niveles de colesterol todavía generan mucha controversia y serían necesarios más estudios.
Además, las grasas láuricas son ricas en tocotrienoles y existen evidencias de que esta sustancia tiene efectos favorables en los niveles de colesterol sanguíneo.
Control del peso corporal.
Por una parte los ácidos grasos de cadena media no participan en la lipogénesis (formación de tejido graso) y además el incremento de cuerpos cetónicos ejerce un efecto inhibidor del apetito.
Estudios experimentales con aceite de coco parecen promover una reducción en la obesidad abdominal sin modificar los parámetros sanguíneos de colesterol.
Otras aplicaciones.
Las grasas láuricas como el aceite de coco pueden ser útiles en la mejora de la cicatrización, acelera la re-epitelización, mejorar la actividad antioxidante y fomenta el entrecruzamiento del colágeno dentro del tejido por lo que puede ser interesante en personas que han sufrido quemaduras.
El aceite de coco también puede reducir el estrés oxidativo en el hueso, lo que puede prevenir el daño estructural en huesos con osteoporosis.
Aplicaciones
Las grasas láuricas son utilizadas para la elaboración de productos alimenticios, debido a sus cualidades como su punto de fusión y a que presentan un precio inferior a otras grasas con características similares como la manteca de cacao.
La sustitución de la manteca de cacao en coberturas de chocolate y cremas de cacao es tan común que únicamente se emplea la manteca de cacao en el chocolate de alta calidad, ya que la grasa láurica tiene un punto de fusión ligeramente superior y se considera de calidad inferior a la manteca de cacao.
Precauciones
No se han establecido unas cantidades máximas para el consumo de grasas láuricas, aunque se recomienda consumir con moderación, dentro de una dieta equilibrada.
Equipo de especialistas en nutrición y dietética de Nutritienda.com
Nuestro equipo de expertos titulados en nutrición y dietética por universidades como la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad Rey Juan Carlos y la Universidad de Zaragoza, plasman su know how en este blog. Todos ellos coinciden en su vocación por la divulgación de los secretos del mundo de la nutrición.
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